domingo, 12 de septiembre de 2010

22 Luceros


Que crezca me dice el weón
Que ya no soy un pendejo
Y mi cara se vuelve seria
Y pierde expresión
¿Y quiere que pare de cantar por las calles?
Puaj, me desangro
Y quiero morirme en su desgracia
En sus pocas ganas de querer su inocencia.
Es que al weoncito le gustaron los billetes
Y quiere que yo me compre un plasma
O que tenga zapatillas nuevas todos los meses.
Y yo me cago de la risa
Y me compro una jaba de cervezas
O 3 botellas de Ron
O hasta puede ser un vinito de 2 Lts.
Y después voy a vomitarle la casa
También aprovecho de miársela
Y como no tengo deseos de defecar
No le cago la casa.
Me arrodillo frente a la bondad
Y ya sólo me emociona el chavo del 8.
Salgo a caminar por la calle
Con un sencillo aparto reproductor de música
Que me mantiene tarareando
Una que otra cancioncilla.
Puede ser de amor, contenido social
O algo con buen ritmo.
Miro desde mi horizonte
A los que se creen semidioses
Y no les hablo y me hago el ciego y sordo.
No quiero ni sentir el tono de sus voces
Ya que ellos tienen otros pensamientos.
Pensamientos que yo no quiero
Ni pienso seguir ni entenderlos.
Se me apaga la función y quiero soñar
Y sentir un sueño profundo de muerte
De descanso absoluto.
Mi mirada navega por las nubes
Y juguetea con constelaciones
Y 22 luceros que me dicen
Que esto es contra reloj.
Que el tiempo se aprovecha ahora
Ni siquiera lo reflexiono
Y me miento para decirme
Que tal vez siendo un anciano
Me cansaré de mirar, pensar y analizar
Y tal vez saldré a bailar break dance.
Sonrío en mis sueños
Por más de 3 segundos seguidos
Y sacando la cuenta moriré en 15 días
No se puede vivir de la risa.
Tampoco del silencio
Pero yo pretendo ser inestable
Por el resto de mi vida. Tal cual
Ni más ni menos
Frase muy utilizada.
Es que me apago y no tengo colillas
Y sonrío y no tengo sobriedad.
Podríamos decir que mi vida
Es como una alcancía la cual se llena de dinero
Pero que constantemente se está vaciando
Se está acabando
Y luego por arte de magia
Por señal del destino ocurren cosas maravillosas.
Pocas, pero bueno
No se le pueden pedir peras al olmo.
Voy a seguir en la lucha
Aunque me muera de insomnio
Y quiera dormir para siempre
Sé que los sueños siempre serán mejores.

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